Discos

La reivindicación del jazzista pálido

La mejor etapa interpretativa de Chet Baker quedó plasmada en una caja que reúne los 5 discos que grabó para el sello Riverside. Una muestra de talento y sensibilidad que lo ubicó en el ojo del huracán de su errática carrera.

Matiah Chinaski: «Hoy no me bañé»

El músico local más prolífico de la última década –junto a Cristóbal Briceño de Ases Falsos- brinda un álbum inspirado en Tom Waits y en clásicos del hip hop, alzando la bandera de la consistencia artística y un inagotable aprecio por la belleza del lenguaje.

Protomartyr: «Ultimate success today»

En el disco más accesible de su carrera, los de Detroit vaticinan un futuro oscuro y experimentan con saxofones, voces femeninas y melancolía sin abandonar el brillo inquietante de un post punk fresco y emotivo que los ubica como uno de los grupos más interesantes de la última década.

Julia de Castro: «La historiadora»

El debut de la solista hispana es un disco transgresor y profundamente fresco, que une folclor, flamenco, cumbias y rancheras con una voz fuerte y poderosa que genera una sensación de autoridad y autosuficiencia femenina.

Crack Cloud: «Pain Olympics»

Con el post punk como sello distintivo, los canadienses unen a Talking Heads con Devo y mezclan ritmos hip hop con voces espaciales en un álbum vital, extravagante y libre que asoma como uno de los mejores títulos del año.

Run the Jewels: «Run the Jewels 4»

En su cuarto disco, El-P y Killer Mike sintonizan con las miserias que se viven en su país y llaman a la rebelión bajo proclamas incendiarias que exteriorizan un hip hop turbulento, agresivo y que remite a históricos del género. Un disco con aroma a clásico.

Bob Dylan: «Rough and rowdy ways»

En su disco número 39, el músico estadounidense repasa su vida y la de su país con canciones introspectivas, entre el blues de sus héroes y las baladas minimalistas, y que suenan como la despedida de un hombre que desconfía en el futuro de la humanidad.