Hamilton Leithauser

Hamilton Leithauser: «The loves of your life»


Las canciones de Hamilton Leithauser en el segundo disco como solista de su carrera, toman historias de personas que han formado parte de su entorno para hablar de sus tristes y siempre cambiantes circunstancias. Se trata de relatos de gente común y corriente y en esa veta, su sintonía con los suburbios lo emparenta con John Cheever al momento de confeccionar las letras: una joven que deja sus estudios para volver a ser mantenida por su familia en «Isabella» o un cantante fracasado en «Stars & rats». 

Alejado nuevamente de bases, programas y de casi cualquier sonido que no provenga de un instrumento tocado por un ser humano, los melancólicos arreglos de «The loves of your life» (Rough Trade) atacan los parlantes siempre con sonidos evocadores. Es como salir a caminar por la cuadra o mirar por la ventana de la micro la entrada del invierno en las calles.

Quizás de manera más sólida y consistente que su celebrado debut de 2014: “Black hours”, “The loves of your life” fue grabado en casa con la participación de su esposa e hijas, aunque también hay músicos invitados: Stuart Bogie (MGMT, Broken Social Scene) al saxo, Mike Irwin a la trompeta, Jon Batiste al piano. Leithauser suena menos crooner aquí, y más como un compositor detrás de los pasos de un temprano Bowie, como en «Don’t check the score”. Sin embargo, su estilo continúa encarnado en las raíces musicales de mediados del siglo pasado en Estados Unidos, como si fuera un fino curador de los sonidos en décadas donde los baladistas fijaban sus jopos con grasa y peineta (“The garbage men”, “The stars of tomorrow»).

Entre su primer registro y el lanzado hace 10 días, el oriundo de Nueva York grabó EP’s y discos junto a Paul Maroon (The Walkmen) y Rostam Batmangli («I Had a Dream That You Were Mine», 2016), hoy un colaborador esporádico de Vampire Weekend. En todos hay consistencia y apego a las influencias más bien acústicas que lo han rodeado: las insinuantes baladas de finales de los 50, el country y el folk. En todos también se cocinaron los antecedentes de melodías producidas y cantadas con sincera afectación, un sello del que Laithauser podría presumir con la frente en alto ante cualquier tribunal.

Que casi todos los integrantes de The Walkmen tengan carreras como solistas, confirma la calidad de aquella banda de rock independiente que debutó en Chile por partida doble en el año 2012. También, por qué no, justifica que la pausa extrema del grupo tal vez se prolongue algunos años más. Lo bueno, para consuelo de los huérfanos de “The rat», es que su mapa creativo sigue mostrando nuevos e interesantes caminos para recorrer, uno donde Leithauser se sigue viendo como el guía más aventajado.